A lo largo del camino
he visto con mucha sorpresa, que muchas de mis amigas y/o pacientes, se quedan literalmente paralizadas cuando
escuchan por primera vez que alguien las llame “Señora”.
A mi particularmente me
produce además de risa, algo así como incertidumbre, ya que, personas que han pasado por un acto de matrimonio, donde les
dicen que a partir de ese momento, pueden utilizar el apellido del esposo, no
reaccionan que en ese momento, asumen también el título de “señora de”…
Además de ello, cada
uno debe asumir que esa etapa en algún momento de la vida llegara y hay que
aceptarlo con mucho compromiso además, ya que no todos llegan a tener ese
honorable título. Considero que particularmente a las mujeres este calificativo,
lo decodifican como fatalista (ya no soy joven, ya se me nota la edad, ya estoy
del otro lado de la acera) y en fin un sin número de calificativos, que
simplemente son paradigmas sociales. Sin lugar a dudas, el término tiene que
ver con respeto y cortesía, que se
utiliza para dirigirse a una persona adulta; se usa solo, antepuesto al nombre
propio o al apellido o en ocasiones, a un cargo o una profesión.
Tan sencillo como lo
expuse en líneas anteriores, además que el termino es absolutamente valido y
valioso y solo reconociendo que somos personas adultas y merecemos respeto, de
parte de quienes se dirigen a nosotros, lo aceptaremos…así que solo decodificando
el termino, vas a reconocerlo y aceptarlo con agrado.
Ahora bien, no crean
que solo algunas mujeres son afectadas emocionalmente con ese término… déjenme afirmarles
que muchos hombres también, ya que en el caso de los hombres, después de los 40
años (la mayoría) inmediatamente se
creen chamos de 19 y comienzan a sufrir una metamorfosis, donde aparece el
gimnasio como opción para reafirmar músculos, la suscripción a redes sociales,
la adicción al teléfono celular y de repente un tatuaje…. Y pues si en este
proceso alguien por casualidad, se le ocurre decirme la palabra “señor o patrón”
entran en crisis y a partir de ese momento sienten que una daga les atravesó su
ego.
Así pues que les recomiendo
a mis amig@s que asuman cada etapa de su vida con mucha dignidad, con mucho
orgullo y con mucha alegría… ya que una vez fuimos bebes, luego niños, adultos,
señores y finalmente “jóvenes con edad
prolongada”…