Sin lugar a dudas todo aquello que soñamos y
que deseamos alcanzar, nos impulsa a
continuar el camino de nuestra vida, por
supuesto deteniéndonos cuando nos sentimos cansados, cuando en ocasiones las
circunstancias nos agobian…Pero más allá de eso, la necesidad de alcanzar lo deseado nos da, las fuerzas necesarias para llegar a la meta.
Nuestros sueños obviamente están cargados de
amor… de amor por nosotros mismos… y de amor
por nuestros seres queridos, porque cada sueño, cada meta tiene
indefectiblemente relación con nuestro bienestar emocional o físico.
Soñar, tiene que ver con darse la oportunidad de
visualizar cualquier cosa que deseamos lograr, de allí que la hacemos nuestra y
la llevamos en nuestras mentes, todos
los días de la vida hasta que se hace
tangible.
Soñar es darnos la oportunidad de alcanzar lo
que a veces consideramos inalcanzable y solo nuestra fuerza interior nos
impulsa a ilusionarnos.
Soñar, es una energía de Amor que nos impulsa a
experimentar sensaciones de gozo, de incertidumbre, de picardía, que nos hace sentir niñ@s.
Por eso me atrevo a afirmar que los sueños
están ligados indudablemente a lo que amamos, es más, que proceden de ello. Los sueños son el
producto de ese amor, que genera los
mecanismos necesarios para decodificarse y luego de alcanzado el sueño, se convierte en nuestra manifestación
racional.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario