Pues ese
es el secreto para que las heridas del alma no duelan… Parece un detalle
insignificante, pero recordar momentos tristes de nuestra vida nos conecta con
una sensación de dolor que aveces se torna insoportable.
En medio
de la complejidad del Ser humano, en ocasiones tendemos a recordar y recordar y recordar, ese momento
que fue devastador y que trajo consigo mucha tristeza e inmediatamente se
genera un malestar de vacío en el alma…algo así como una herida lastimada que ha sido
tropezada con eso que llamamos recuerdos…
El
secreto para que los recuerdos tristes no duelan, es simplemente “no removerlos”…dejarlos
dormidos en nuestro inconsciente…y de esa manera nunca más nos causaran daño.
No vale
la pena y además nos desgasta emocionalmente, recordar situaciones ya superadas
y que además fuimos capaz de vencer aun con un velo de frustración.
Levantar
los brazos, sonreír y brindar por aquellos momentos que hoy son simples
testimonios, es la clave para continuar el camino sin heridas que puedan ser lastimadas…
No des apertura a esos recuerdos que no te suman felicidad y si la herida fue
causada por otro ser humano, da gracias
a Dios porque ya no está en tu camino y no tendrá oportunidad de volverte a
herir…
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