A lo largo del camino encontramos
personas que intentan huir de su pasado, unos dicen no poder superarlo, otros
simplemente viven con el dolor de los recuerdos, lo cierto es,
que para ellos el pasado es un gran monstruo, difícil de enfrentar.
Cuando no cerramos ciclos en nuestra
vida, impediremos el inicio de otros… la falta de perdón a nosotros mismos y a los
demás es el principal motivo para que duela el pasado, el aferrarse a algo que
ya no es, que ya terminó o que ha cambiado, en ocasiones no nos deja avanzar.
Recordar es volver a vivir…pero,
¿Realmente queremos volver a vivir algo que nos duele?, ¿Vale la pena traer a memoria lo que nos hace daño? Si bien
es cierto que somos seres llenos de sentimientos, también
es verdad que tenemos capacidad de gobernar sobre lo que sentimos. Muchas veces
nuestras emociones no son las mejores consejeras y debemos estar conscientes, que cuando estas nos hacen daño lo mejor es controlarlas,
no pretendiendo que nuestra memoria se borre por completo, pero sí decidiendo
superar lo que nos ha lastimado.
El pasado persigue a quienes deciden
huir de él en lugar de enfrentarlo, no podemos retroceder el tiempo, ni cambiar
todo lo que quisiéramos, pero si podemos cambiar lo que provoca en nuestro
presente. Tenemos la capacidad de prepararnos para no caer de nuevo en el mismo
error y encausarnos para alcanzar metas que nos generen bienestar.
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