Este
tema me resulta muy fácil analizar ya que me autocalifico como “madre
Sobreprotectora” Quizás cuando estaba iniciando la etapa de la crianza de mis
hijos, no reconocía el problema y sentía
que solo eran simples cuestionamientos de quienes formaban parte de mi entorno,
incluyendo a mi madre.
Hoy
puedo asegurar con la mano en el corazón que padecí el “Síndrome de Wendy”. Ya
que desde que asumí el Rol de Madre, hice todo lo posible por ser
imprescindible en la vida de mis hijos, ya que mi rutina diaria y mi vida
giraban en torno a ellos. Hacia todo lo posible para aislarlos del mundo real,
no les asignaba responsabilidades del hogar, por considerar que yo podía
hacerlo todo y así sucesivamente me fui cargando de tareas, que ya no solo eran las mías sino las de ellos
también.
Ser
Madre sobreprotectora, implica apartarte de tu vida, dejar de ser tú y vivir a
través de tus hijos. En mi caso particular, afortunadamente mientras vivía ese
proceso de crianza de mis hijos, trabajaba y estudiaba, quizás eso me hizo
reflexionar acerca de ese amor
impresionante hacia ellos y prestar atención a mi futuro profesional y que esto
obviamente redundaría en beneficio de ellos. Es allí cuando comienzo a
reconocer mi “patología emocional” e inicio a hacerme consciente que ellos eran
también hijos de la vida, que podía continuar brindándoles este gran amor en
cada uno de los momentos de su vida, pero de manera moderada y guiando sus pasos a
través de la comunicación.
Así
pues, nuestras reflexiones sobre cada una de las cosas que vivíamos diariamente
eran extensas, preguntas y respuestas se convirtieron en nuestras mejores
aliadas y así fui guiando sus vidas hasta convertirlos en grandes hombres,
responsables, fuertes en sus valores y creencias, analíticos de las situaciones
de la vida cotidiana, seguros de sí mismos y sobretodo, establecimos un lazo de amor como familia que
es impenetrable.
Hoy
puedo afirmar con convicción que el amor hacia nuestros hijos les fortalece
como seres humanos, los hace hombres y mujeres de bien y lo que se denomina
sobreprotección no es del todo dañina, si está acompañada de orientación, de
comunicación y sentido común hacia las vivencias rutinarias.
Te
invito a convertirte en la mejor amiga de tus hijos, sin que ello te aparte del rol de Madre, ya que eres tu quien le marcará el mejor
camino al que ellos puedan enfrentarse y por supuesto, deja que ellos decidan si tus consejos son los
más cónsonos con sus proyectos futuros.
Es una lección de vida para mi protejo a mi hijo producto de mi primer matrimonio con un toque de lastima xq papa lo abandono y he entendido que si perdono suelto y dejo que sea libre sera mejor hombre mañana
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