Pareciera muy fácil separar estas dos
palabras y más aún internalizarlas a la hora de vivir las circunstancias que
nos depara el camino… El pensamiento racional es la balanza que nos permite el
control de la pasión y por ende la pasión, es un instinto básico de
los seres vivos, es lo que nos hace únicos y podríamos definirla como el
“activador” que nos impulsa a perseguir nuestras metas.
La pasión es un sentimiento intenso
que activa el entusiasmo a la hora de perseguir nuestros objetivos y a la
vez nos inyecta optimismo. Cuando nos apasionamos, no solo hacemos, sino que
también disfrutamos todo lo que hacemos y los resultados son más dulces, más
enaltecedores y más gratificantes.
La pasión y la razón son dos
elementos que sazonan nuestra existencia y posibilitan que percibamos el día a día
de una manera placentera. La primera nos activa emocionalmente y la segunda nos
hace consciente y permite que evaluemos las situaciones.
Una vida con pasión es vivir
empleando todos los sentidos, ser conscientes de nuestra propia realidad y
alcanzar una plenitud interior que nos permita desarrollar toda nuestra “magia” personal. Para ello, la inteligencia emocional es
nuestro mejor aliado, ya
que nos permite romper las barreras creadas por nuestros miedos y creencias limitantes y nos
provee de las herramientas complementarias para su logro y consecución.
Vivir con pasión es una condición alcanzable
para tod@s Te invito a atreverte a disfrutar la libertad,
romper las barreras, emprender, empezar cada día como si fuera el último de tu
vida, disfruta cada minuto, vive el aquí y ahora… haz posible todo lo que
anhelas, se consecuente con tus objetivos y valora a quienes te rodean.
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