Al igual
que a las niñas nos hablan del príncipe azul, a
los varones también se les va inculcando desde pequeños la búsqueda de
la “Princesa Encantada” que no es más, que aquella mujer inteligente, chef, excelente
ama de casa, pero también profesional, bella, muy familiar y simpática y así
continua la lista de cualidades de la mencionada señorita.
Los
adolescentes cuando ya están en su fase crucial, comienzan a revisar cual de
las jovencitas cumple con el estereotipo que tanto le sugirieron en su hogar. Y plas!!
Encuentra su primer amor y al cabo de unas semanas comienza a darse cuenta que la
persona que tiene a su lado no es la que “debía encontrar”... y así
sucesivamente va pasando de relación en relación sin que ninguna compañera les
satisfaga.
Quiero
decir con esto, que no debemos
predisponer a nuestros hijos para que centren su atención en prototipos de
personas, ya que eso podría incidir notoriamente en su vida emocional.
Ofrezcamos
la orientación necesaria que implica el valor por el ser humano que compartirá
con ellos su camino, sin imponer
“modelos” ni paradigmas sociales, demos la oportunidad de encontrar a esa
persona que los haga sentir valiosos, que les brinde estabilidad emocional y
sobretodo seguridad y amor que necesitan.
Mientras
menos paradigmas y bloqueos tenemos en el camino, más libres seremos para
elegir a aquella persona que complementará nuestras fortalezas y potenciará
nuestras debilidades.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario