Desde
que comenzamos a experimentar la adolescencia, nuestras madres o figuras de
autoridad “femeninas” nos van inculcando la noción errónea sobre la existencia del
“Príncipe Azul”….y es Azul porque representa el arquetipo del amante perfecto,
belleza, juventud, desprendimiento, heroísmo y la promesa de un amor generoso y
puro…un hombre que debemos ubicar en
cualquier rincón del mundo, que tiene características extraordinarias… buena
presencia, de familia honesta y de buena posición económica, con un léxico
súper desarrollado, buen estudiante, de buenos modales y respetuoso y así
continúa la gran lista de atributos, de aquel Ser Humano, que muchas veces se
nos pasa la vida y nunca encontramos…
Pues
buscamos…buscamos y buscamos y por supuesto encontramos en este andar, a hombres ordinarios, comunes y con las
características de cualquier mortal, pero “Sorpresa” de repente aparece alguien
que tiene el perfil de ese Príncipe, que tenemos en nuestro esquema mental y
resulta que sentimos que al fin lo logramos!…encontramos a ese ser maravilloso
que nos paseara en su carruaje, nos llevara a los lugares más esplendidos del
planeta, seremos el centro de su atención... más tarde nos casaremos, compraremos una casa con jardín, rodeada de mariposas y pajaritos y luego
tendremos 5 hij@s...Hasta aquí la historia solo está en nuestra imaginación...
Ahora
bien nos confrontamos con la realidad…porque el fulano “Príncipe” comienza a
sufrir una metamorfosis en su verdadero yo y al cabo de dos semana, resulta que ya dejo de estudiar o perdió el
empleo…. No es tan gentil como lo era los primeros días, ya su atención se
desplazo a otro lugar o persona y así sucesivamente se va desvaneciendo nuestra
ilusión y se convierte en un verdadero “Príncipe de Colores”….ese príncipe que
permitimos que nos afecte de manera abrumadora las noches, que nos incita al llanto, que con solo pensar en el, nos
genera nauseas y mariposas horribles en el estomago…
Es
allí entonces, donde ya envueltas en la realidad que nos trastoca, cuando debemos confrontarnos con nosotras
mismas y sin vacilar, entender que no debemos buscar “prototipos de personas” y
que tampoco debemos buscar un “príncipe” por temor a estar solas, ya que por consiguiente, estableceremos
relaciones desde el vacio, desde la carencia, del apego, desde el desamparo y
desamor…Debemos entender que todos los seres que habitamos en este maravilloso
planeta, tenemos virtudes y defectos, que nos conectamos y atraemos personas a
nuestras vidas que vibran en la misma energía que nosotros. Entender que solo
amándonos a nosotros mismos vamos a tener la fortaleza para amar al otro y que
a lo largo de nuestra vida van a llegar personas que solo nos acompañaran segundos,
días, horas, meses y quizás estará a nuestro lado, alguien que nos acompañará hasta el final del
camino…entendiendo esto, tendremos la claridad mental necesaria para reconocer,
que quien hoy comparte con nosotros unos
segundos, llegó a nuestra vida para enseñarnos o para aprender de nosotros y
muchas veces con un nudo en la garganta, debemos soltar y dejar ir a ese Ser que no
está obligado a permanecer a nuestro lado…
Sana
tu Ser, detén en tu mente pensamientos perturbadores, respira profundo
cuando sientas que no tienes ánimo y en minutos te darás cuenta, que haciendo esta terapia atraerás relaciones desde el Compartir, sin necesidad de buscar que otro Ser
humano cumpla con el perfil erróneo que tienes preestablecido.
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