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jueves, 2 de febrero de 2017

VIVIR DESDE LA QUEJA.

Si cada día de nuestra vida, nos detuviéramos unos minutos a Bendecir y Agradecer todas las cosas maravillosas que tenemos, encontraríamos que no existe una sola razón para lamentarnos acerca de lo que no tenemos.

En ocasiones encontramos personas que a cada situación o proyecto le recargan mil obstáculos, suelen plantearse: "Quiero tener un carro, pero la gasolina está muy costosa, necesito bajar de peso, pero continúan comiendo alimentos con altas calorías, quiero cambiar de empleo,  pero no sé cómo serán mis compañeros de trabajo"   y así a cada situación le añaden una queja… un constante  “Si pero”  e indudablemente son las personas que vemos como atascadas en un pantano.

Son aquellas personas que si tienen pareja le encuentran mil defectos y luego que terminan la relación,  añoran que esta persona regrese. Si hay calor se quejan pero igualmente si hay frío,  también lo hacen.

A lo largo del tiempo este comportamiento se convierte en un estilo de vida, las personas se vuelven adictas a la queja, es un hábito que les impide la posibilidad de disfrutar y de tener un estilo de vida saludable, de igual forma esta actitud afecta su entorno y por consiguiente su vida familiar.

Difícilmente la persona con esta característica es bien acogida por otros,  ya que interactuar con ésta, se hace difícil ya que nunca está complacida con su realidad.


Las personas que viven “tras la queja” se limitan constantemente para alcanzar sus objetivos y tienden a experimentar situaciones reiterativas de fracasos personales.   

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