Constantemente
te encuentras con el dilema de analizar las cosas que quieres y como las quieres. Esta
sensación de incertidumbre ligada con ansiedad te coloca en una situación en la
que miras, más allá del “ahora” e
imaginas por unos minutos alguna situación posible, luego de haber
tomado la decisión en cuestión.
Durante
el camino vas clasificando entre pequeñas y grandes decisiones, ya que ambas
trastocan de una u otra manera tu vida.
Muchas
veces las “pequeñas decisiones” las vas acumulando y rebotan en tu mente
durante horas… las “grandes decisiones” las vas postergando por un tiempo
determinado, hasta analizarlas bien y
tomar la decisión más idónea, la que consideraste que mas te conviene.
Ahora
bien debes tener en cuenta que tus emociones influyen de manera notoria en tus
decisiones, así pues que cuando estas enojado puedes tomar decisiones que
luego quizás te arrepentirás de haberlo hecho. En cambio cuando estas
emocionalmente tranquil@, tu mente y tu corazón están absolutamente conectados
y puedes ver con más claridad el panorama completo, que involucra la decisión y
lo que ella conlleva.
Recuerda
que hay decisiones que pueden cambiar radicalmente tu camino de manera positiva
o negativa, por lo tanto antes de tomarlas, trata de estar en tu mejor momento de estabilidad emocional posible.
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